La Escuela Castella es un centro educativo público ubicado en Barcelona, que ha dejado una huella imborrable en muchos de sus antiguos alumnos. A pesar de los altibajos, este colegio ha sabido brindar experiencias enriquecedoras y valores que perduran en el tiempo.
Un legado de valores y amistades
Antiguos alumnos coinciden en que la profesora de religión, Nuria, fue una figura clave en la formación de valores éticos y morales. Los monitores del comedor, como Jordi, se esforzaban por inculcar hábitos alimenticios saludables y fomentar la participación activa de los estudiantes en actividades extracurriculares.
Las manualidades eran un espacio de diversión y creatividad para los alumnos, aunque lamentablemente hubo casos aislados de comportamientos inadecuados por parte de algunos docentes. Sin embargo, esto no opaca el brillo de las experiencias positivas que muchos vivieron en la Escuela Castella.
Compromiso con la diversidad y la inclusión
La Escuela Castella se compromete a ofrecer una educación inclusiva y accesible para todos sus alumnos. Con servicios como el acceso para sillas de ruedas, el centro busca garantizar que cada estudiante tenga las mismas oportunidades de aprendizaje y desarrollo.
Los antiguos alumnos hacen un llamado a los profesores y a la nueva directora para que se informen y sensibilicen sobre trastornos como el TDAH y el TDA, con el objetivo de brindar un apoyo más efectivo a aquellos estudiantes que presentan estas dificultades. Entender las necesidades individuales de cada alumno es fundamental para construir un futuro brillante para todos.
A pesar de los desafíos, la Escuela Castella sigue siendo un lugar lleno de potencial y oportunidades para aquellos que buscan una educación de calidad en un entorno diverso y enriquecedor. ¡Visita la Escuela Castella y descubre todo lo que este centro tiene para ofrecer!